Capítulo 20: "Camino"
El cielo crepita suave.
Suave y cálido.
Suave y cálido como la mantita de cuando pequeño.
Suave como el abrazo de mamá.
Cálido como las noches de vacaciones.
El cielo repiquetea calentito.
Los últimos trozos de luna aguantan furtivos a la caza del
sol.
Mientras, una joven lechuza juega a ser cantante. Suena más
allá del tercer castaño, tras las ramas más altas.
El abismo del de las sirenas ya no está en mi cabeza. Ya no.
El sorprendizaje ha sido duro. Colea aún algún retazo
inerciado. Pero nada que ya no pueda aguantar.
" Something To Remind You" todavía me acompaña a veces. Pero ya solo es
una parcela pequeñita que contemplo desde la altura. Y que en las menos, me
invita a refugiarme en ella.
Ya solo me asomo con una nostalgia sadomasoquista que me intenta
cortejar bajo disfraces de alzamiento espiritual.
Ya no quiero hacer jaulas para canarios, acompañado con un
trozo de madera oscura y llena de puntillas al que abriga un pequeño martillo
de juguete.
No, ya no. Todavía espero que quede mucho para eso.
Me parece que me queda mucho que sembrar todavía. No sé qué
sembraré con exactitud, ni dónde ni a quienes. Pero algo me invita a pensar que
algo, en algún lugar y a alguien será.
Aunque es de sabios ser sinceros. Sinceros por dentro y para
afuera.
Y no es por ser sabio, más sí por arrimarme a la sabiduría, seré
sincero.
Queda camino. Camino de alambres oxidados, llenos de puntas
esperando rascar el pellejo del que sueña y camina , o camina y sueña o camina soñando soñar caminando.
Aunque decir que queda camino es una tautología de las de libro.
De las de "a" es igual a "a".
Aunque decir que queda camino siempre se cumpla, puesto que
en eso consiste esta historia, en caminar. Y esta historia nunca termina.
Pues aun así, es importante ser consciente de que queda
camino.
Pero amigo, ya tengo para comprar unas botas nuevas, ya estoy
equipado.

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