Relatos desde el Santuario.
Parte 1: "Cuéntame algo
bonito"
Susurros en la oscuridad parecen
dar paso a un:
"cuéntame algo bonito"
Una bella forma de solicitar un
paréntesis para el alma.
No quieres explicar qué te
ocurre, solo quieres sentir o imaginar algo distinto.
"Cuéntame, Cuéntame algo
bonito"
- La estrellas se hinchan en el
cielo cada vez que te ven. Compiten por acercarse a la Tierra, con una vaga
esperanza de poder contemplarte de cerca. El mar, ya en calma refleja la luz de
una luna que hace de espejo de un sol ya dormido.
Allí a lo lejos, en el agua, los
delfines transportan almas ancianas milenarias que custodian el océano. Estas
almas viejitas, te protegen desde todos los puntos del mundo. Les hablan a las
estrellas y árboles para que dancen contigo en tu pasear.
La copa de los árboles te dicen
bajito al oído que respires con ellos, que todo va a salir bien, que todos
somos uno y ese sufrir es solo parte de un entramado de ramas, que están a
punto de soltarse. Soltarse, soltar, dejar la carga, liberarte de una mochila
llena de cadenas.
Soltar, respirar hondo, conectar
con una luz interna preciosísima. Luz que se expande desde tu interior hacia el
resto de la habitación. Luz que invade la casa, sale por las ventanas y
coloniza todo alrededor. La luz viaja hasta el mar, acompaña a los delfines que
llevan las almas viejitas. La luz se ensancha por el aire y abraza a las
estrellas y a los árboles que solo querían verte. Y ahora, ahora son parte de
ti, y tú de ellas.-
"y tú, ¿me cuentas algo
bonito?"
