jueves, 18 de junio de 2015

Preámbulo: 
EL ESPANTAPÁJAROS

Frío los sueños de la inquietud del alma.
Muchos dicen que es difícil superar un trance existencial en el que la mayoría de nosotros nos vemos alguna vez. Algunos en varias ocasiones. Este es el desdichado caso de las llamadas "personas sin hogar" un devenir de acontecimientos traumáticos desencadenados que fulminan la calma de todo ser y culminan en la exclusión social.

Se cierne complejo la organización social moderna del conocido como primer mundo occidental. Naces, empiezas a soñar, te educan, los sueños se vuelven nebulosos, trabajas, los sueños empiezan a truncarse; hasta que te encuentras en un engranaje mediante el cual tu única función está bastante bien definida y los sueños se apagan. Eres una pieza más, un adoquín que aguanta el peso de otros bloques y que no pregunta por qué.

Otro espantapájaros más, ahí bien quietito y sin preguntarse por qué:
"Tú cumple tu función y expulsa a esas aves engreídas que van por ahí todas libres aleteando. Volando, disfrutando del viento, las montañas, las copas de los árboles. ¿Qué se habrán creído esos putos bichejos libres?. Tu eres distinto, lindo espantapájaros, bien plantado en tu lugar, que nadie te mueva. Si no rechistas te compensaré con un precioso gorro de paja. Así iras prosperando en la vida. No, no me lo agradezcas, esta vida es para los currantes como tú y como yo. No te preocupes por tus rotas vestiduras, tampoco necesitas mucho más. No sonrías demasiado mi espantapájaros, pues entonces las aves no huirán. No pienses, ni sientas, ni preguntes. Tu ahí bien quietito. Si llueve no te preocupes, pronto saldrá el sol y te secará la vida".

El mundo está lleno de espantapájaros. No es culpa de ellos, es culpa de la maquinaría bien engrasada con el sudor y la sangre de mucho de nuestros ancestros. No culpéis al espantapájaros. Él es bueno, tiene ilusiones y no pretende más que hacer el bien. Quizás algún día le recompensen con algo más que un sombrero de paja. O quizás para que eso ocurra tenga que desclavarse del suelo y unirse a las aves a las que antes espantaba.

En el momento en que te desvinculas demasiado de la rueda social, caes en el peligro de volverte una "persona sin hogar". Si tu crisis existencial se acentúa, no te preocupes, la maquinaria tiene una solución: antidepresivos para que tus niveles de serotonina aumenten. Benzodiacepinas para cuando no puedas más. Y café bien cargado. Café humeante y amargo como este modo de vida. Café pesado al estómago, como igual de pesados son las desilusiones emocionales de este sin sentido. Café que se adereza con algo de azúcar, metáfora de pequeñas porciones de dulzura en un aparataje seco, amargo y definido; para poder emprender la marcha y sostener al adoquín de arriba.
  
De todos modos, este paradigma no enmarca la vida de todo adulto, aunque cierto es, que para muchos el patrón se repite. Lejos de querer deprimiros desde primera hora - para eso ya tendré tiempo - veremos los pasos de algunas de las maravillas de la creación. En vuestras manos está el juzgar quién tiene más papeletas de encajar en el patrón en las primera líneas comentado.


Bienvenidos a los Delirios del Chamán.

Licencia de Creative Commons
Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

4 comentarios: