martes, 30 de junio de 2020

Tabiques y puntales.

A veces, a ciegas y en la oscuridad, se ve todo más claro.

Y no quiero, no me quiero ir con el pellejo nuevo. Este cabrón lo tengo que gastar y apurar bien.
No quiero morir sin cicatrices.
Pero...

Ufffffff...
El apretón del pecho busca un punto de fuga, a menudo por la boca.
Ufffffff...

Ya! Ya está bien por ahora. Respira.
Ufffffff...
Solo que no. No está bien por ahora. Se mantiene en sus trece, como colilla que se niega a hundirse por el retrete y resurge después de tirar de la cadena.

Sigo, presa de mis vicios, al igual que aquel anciano, que lleva un pañuelo de tela delicadamente doblado en el bolsillo de su camisa. Café, copa de coñac, cigarro en mano y vaso agua.



Apestando a malas decisiones.
Buscando algo o alguien que me apuntale.

Aiiiinnns, esos tabiques y puntales...como cuando recuerdo el olor de los eucaliptos en Ceuta. La mujer dormida, el Ombligo del dragón, o la niebla de los Merodeadores.

Solo quiero vivir Aquí por un segundo.Dejar de estar desecho, viviendo en la oscuridad.
Aunque, dicen, que a veces, a ciegas y en la oscuridad, se ve todo más claro.





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