Capítulo 8: "Ana"
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.
Ana consigue congelar el tiempo cuando anda.
Ana aromatiza la sala allá donde va. No suele usar perfume, pero su pelo huele a coco. Su risa inciensa a gominolas, de esas de cuando pequeño. ¿Te acuerdas cuando comprabas 20 duros de gomitas en el quiosco y olías la bolsa nada más cazarla del quiosquero? Así huele Ana.
Así exhala su boca, su cuello. Hasta su mirada huele a chucherías.
Ana no suda, segrega felicidad, porque tiene demasiada acumulada y por algún lado tiene que rebosar.
Cuando sale de fiesta, Ana es una tormenta en la noche.La mirada de Ana es un huracán que te taladra desde el pecho hasta detrás de los riñones.
Ana es medio litro de Nestea con hielo y una rodaja de limón en una mañana de resaca.
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.
Ana es el estribillo de tu canción.
Ana es el armónico de tu guitarra ESP Alexi Laiho signature recién afinada, que hace que tiemble el puente, que se doble el mástil, para sacarte esa energía desde dentro.
Ana es el plato preferido de tu batería. Más aún, es el sustain de ese plato, un crash-ride de 18 pulgadas, que se mantiene en el tiempo con ese sonido cálido y abrazable y escuchado en "slow motion"; y que puedes sentir como se deforma gracilmente para después volver a su estado normal.
Ana es una gota en un estanque sereno.
Ana es el cogollo central de la planta que llevas 7 meses mimando.
Ana es el primer sorbo de café a la mañana.
Ana es un mate con agua a 80º, justo antes de que hierva, con yerba humedecida con un poco de agua natural.
Ana es la última calada que respiras profundo antes de acostarte.
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.
Ana tiene una melena azabache que danza a su paso.
Ana Tiene una cicatriz en su hipnótico labio superior, fruto de una pelea en el instituto, que luce con sarcasmo y orgullo. Muy lejos de acomplejarla, adorna su marca con estilo y personalidad. Ana siempre dice "Muestra tus muñones, son parte de ti. No los escondas para encajar mejor, haz que el mundo encaje con ellos. Tus marcas son bonitas. Los jarrones chinos se restauran con oro y plata para realzar sus roturas, en vez de esconderlas, son dignas de superación. Hay que mostrarlas con orgullo"
Ana se pinta los labios de rojo. Se sombrea los ojos de negro.
Ana se encaja un vestido sueltecito. Un vestido negro con escote, sin mangas, que la abraza hasta una cuarta por encima de las rodillas.
La columna de Ana está tatuada con una enredadera que le asoma por el cuello.
Ana esgrime pulseras hechas con semillas. Adornan sus muñecas y tobillos y "repampanean" en su caminar.
Ana tiene unos huequitos en sus caderas que hace temblar a todo aquel que se arriesgue a mirarlos.
Ana es de libido sensible. No es una golfa, solo sabe lo que quiere y como lo quiere y no se acompleja por el que dirán.
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.
Ana es el atardecer en las playas de Conil.
Es el primer buche de una cerveza helada después de 4 horas paleando al lado de una hormigonera bajo un sol torturador.
Ana te regala una hermosa sonrisa. Te contagia. tú sonríes, y cuando tú sonríes el mundo sonríe contigo.
Ana te coge del brazo y te saca de esa pelea que sabe que está a punto de suceder. Y después te golpea ella. Pero su tortazo te abriga y enseña más que los cuatro botellazos que te acaba de ahorrar de un mastuerzo borracho.
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.
Ana sabe escuchar. Nadie sabe escuchar como ella. Cuando tú estás mal, buscas a Ana. Ella te dice "Imagínate con 90 años al lado de tu chimenea, sereno, echando la vista atrás y te ves ahora con 30 dándole vueltas a la cabeza por nimiedades ¿cómo te sentirías?"
Ana es la calma que necesitas cuando tu alma se desestabiliza. Es el empujón que necesitas cuando te paras. El frescor cuando sudas, el abrigo cuando tiemblas.
Ana te da un abrazo de los de verdad cuando lo necesitas y no duda en solicitarte uno si es ella la atormentada.
Ana es ese sentir que nos hace lagrimear como una niña. Ese sentir que nos saca una carcajada que nos parte los riñones. Ese sentir que nos hincha como un pez globo.
Esa es Ana.
Ana es otra tú y otra yo, pero mejor que ambos.

Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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