miércoles, 5 de agosto de 2015

Capítulo 7: "La fiesta"


- ¿Y si nada más llegar la gente, lo primero que ve es un maravilloso árbol que da litros de cerveza fresquitos?
- Ostía! eso sería brutal!. Pero veo un problema Raúl.
-Dispara.
- ¿Cómo ponemos los litros colgados del árbol para que parezca que el árbol los da cual manzanas?
- Colgados con cuerdecitas.
- Ya, pero pesan mucho. Pueden tronchar las ramitas.
- Jummmm. Cierto... Ya está!, va a ser un árbol de botellines fresquitos.
- Eso sí. Qué maravilla!
- Sí, hay que enfriarlos bien y poner unos cuantos para recibir a la gente. Llegan pillan el suyo y a beber.

Raúl cumpliría 30 el próximo Viernes. Y la quería liar bien grande. Organizar algo que todos recordaran. Que se clavara en los sueños de todos. Que esos 30 años se inmortalicen como los lanzazos de los espartanos. Que se parta el tiempo y el espacio y solo quepa respirar felicitina a garrafas.

Si de por sí, Raúl tiene la capacidad de convertir en leyenda cualquier reunión casual, sus fiestas eran apoteósicas. Se le ocurrían cosas relocas y mágicas que solo una mente, fruto de la combinación de un niño sueñerino con la de un esquizofrénico harto de LSD, puede maquinar.

Sus fiestas normalmente se realizaba en la residencia de sus padres, que todos conocían como "La parcela". Un lugar que invitaba a recordar paisajes del bosque de Lothlórien de "El señor de los anillos". Nada malo podía ocurrir en ese lugar. Árboles frutales, césped, enredaderas por los muros, infinidad de rosales y macetas y por supuesto alguna que otra planta de marihuana de la cosecha de Abril. Una pajarera de madera con asientos "chill out" para relajarse. Bancos de madera cuyo interior sirven de toalleros. Un juego de altavoces tamaño ve-preparando-los-oídos-y-el-retumbar-en-el-pecho. Un pequeño huerto con tomates y lechugas. Una piscina con focos y una escalera curva donde Raúl había enamorado a más de una. Un cobertizo con un techo forrado de tejas de color rojo sangre, donde Raúl solía subir de noche como los gatos, a observar las estrellas y fumar. Estos eran los trocitos de felicidad que componían el entorno de las fiestas, entre otros rinconcitos únicos que daban encanto a la residencia.

Raúl mandaba invitaciones ingeniosas en papel envejecido con café, con los bordes quemados, por correo ordinario a cada participante. Las sellaba con cera roja caliente. Incluía una imagen abstracta de una mujer alcanzando la luna, o la de una gota de agua sobre el cristal de una jarra de cerveza. Preparaba un "setlist" de música que él mismo categorizaba como "música de buen-rollismo" (normalmente Reggae, Ragga, Metal melódico y Funk). Colocaba monitores por los muros para visualizar los videoclips. Sembraba la entrada a la fiesta con antorchas encendidas. Apuntalaba carteles con mensajes de ensueño y fantasía, del estilo : "Tierra a la vista, el tesoro está cerca" o "Del devenir de los sentidos y el quehacer de la esquina inferior izquierda del interior del muslo de tu dama"

El tan apreciado día por todos los amigos de Raúl llegó. La triada Raúl, Fran y Ana llegaron 3 horas antes para preparar el escenario. Sobre las 23:00 empezaron a llegar el resto de los invitados, 23 en total.

Nada más llegar, La parcela te recibe con el olor a la dama de noche que se encuentra en la entrada. La fragancia augura maravillas en la oscuridad. El camino se ilumina por el bambaleo de las antorchas; el fuego te recuerda a lo más visceral de la tierra. Conforme avanzas el retumbar de los subgraves te hace palpitar al ritmo de Skindred. Suena Nobody: "..music we make to make the crowd jump up..." la noche se pone interesante. Al fondo dos focos en la arena llaman la atención. Apuntan hacia lo que parece ser un naranjo, pero....pero...no tiene naranjas, sino botellines de cerveza colgados listos para beber. "Este Raúl, puto loco" piensas sin parar con una sonrisa que te da la vuelta y se abrocha en la nuca. La piscina resplandece en la noche, el alcohol va y viene. Las niñas se han puesto sus mejores galas, se han pintado con ese estilo hippie-alternativo-arreglado que enamora a Raúl. Los chicos danzan con vaqueros desgastados con cadenas sustentadas en el cinturón y un halo de humo a su alrededor.

Esa noche Raúl está especialmente atractivo o eso es lo que piensa Ana.
Con el devenir de las cervezas y la magia de las conversaciones de la noche, empieza a despertar algo en el interior de Ana que nunca antes había sentido. Se fija en Raúl de forma distinta, su amigo de siempre empezaba a situarse en una delgada línea del follamigo interesante. "No, no puede ser" se dice a sí misma. Mientras otra vocecilla en su cabeza le confiesa "sí sí, pero tú hoy te lo calzarías sin dudarlo".

De cara a la galería, eso se traduce en efectos psicosomáticos del siguiente orden: leve temblor en sus rodillas, miradas punzantes a Raúl mientras se muerde el labio inferior inconscientemente y cierta humedad inesperada en el fruto de su intimidad.
De repente se siente algo sofocada, se levanta y va a por otra cerveza.
Raúl percibe ciertas señales (es parte de sus habilidades chamánicas que su vida de pirata le ha ofrecido) Cuando Ana regresa, decide ponerla a prueba, rozando la frontera de la amistad.

- Ana, si pudieras elegir a cualquiera de tus amigos para acostarte con él, ¿con cuál te acostarías? Y no vale decirme a mí solo porque es mi cumpleaños.
- Y esa pregunta so pirata?!!! No existe ninguna respuesta adecuada para esa pregunta. Es una pregunta trampa.

Pero Raúl consiguió lo que quería. El lenguaje no verbal aclaró sus dudas. Ana respondía dando un capotazo muy elegante, pero su rostro se sonrojó levemente. Raúl conoce bien a Ana y sabe que no se sonroja con facilidad, ergo.....acaba de percibir que "le pone" de manera especial. "Interesante" piensa el cumpleañero, aunque no va a seguir apretando, al menos hoy no.

El final de la noche se aproxima. Alguna que otra pareja improvisada de la noche retoza en la piscina. Dos excedidos de la rubia burbujeante vomitan en la arena. La música ha parado pero se escucha una cancioncilla recitada por un artista improvisado que cree tener buena voz "Ohh líquido infernal que te crías entre verdes matas! Que hasta al hombre más cabal haces andar a gatas..."

El cantante se acerca a Rául.

- Perdona una pregunta. ¿Cómo consigues que estas fiestas sean tan de puta madre?
- Por la energía hermano.
- ¿Qué dices de la energía?
Raúl saborea el último sorbo de cerveza que deja víctima a su undécimo botellín. El árbol de botellines ya solo es un árbol desflorado.
- A ver. Normalmente cuando vamos a beber una cerveza lo pasamos bien. ¿verdad?
- Sí tío. La cerveza mola.
- Error. La cerveza no mola tanto. Lo que realmente te hace feliz es la energía que se desprende cuando dices "vamos a tomar una cerveza". Realmente lo que estás diciendo es "vamos a relajarnos un rato, desconectar, hablar sobre cosas agradables, escuchar música, coquetear, intimar, desinhibirnos, etc" ¿Comprendes?
- Creo que lo voy pillando.
- A la gente no les relaja fumar. Les relaja pensar que fumar relaja y fumar en consecuencia. Respirar profundo, descansar 5 minutos. Hacer el break. Pues con las fiestas es lo mismo. De nada sirve ponerse hasta las manillas de birras. O al menos no solo eso. Lo importante es la expectación, previa y la que se crea en sinergia durante el evento. Cuando una mujer se maquilla o tú te pones tu mejor camisa, no os estáis solo acicalando sin más. Estáis diciendo ahora es un puto momento especial en mi vida, mira, ¿me veis? voy guapa ehm. Eso es lo que hay. Piso el suelo y el mundo tiembla. Mira mi camisa, hoy irradio luz. ¿Vas pillando?
En los eventos la gracia es la misma. Yo no intento solo decirte "ven a mi casa, bebemos y escuchamos música" no, no y no. Yo os quiero decir: "sal de tu puta rutina, deja los mamoneos que  tengas atrás. Hoy se para el mundo. Hoy es un día mágico. Hoy eres Aquiles en Troya (sin premio mamona) Hoy las estrellas se alinean para que tú seas el protagonista. Siente de verdad, sin complejos. Coquetea. Siéntete único o única. Hoy eres preciosa aunque normalmente tengas complejos. Hoy es el día D a la hora H. No existe nada que merezca la pena que no ocurra aquí. Imagina cosas que normalmente no ves, porque en el fondo sabes que todo en la vida va a salir bien. Que te tiemble el alma como cuando ves a tu grupo preferido en directo. Enamórate de la noche como lo hiciste de esa niña a los dieciséis"

[La vena del cuello de Raúl se hincha y sus pupilas se dilatan por la exaltación]

 Yo os quiero decir: "Si existe algún propósito en la vida, es que esta noche estés aquí y sientas y vivas esto. Otro día no, HOY"
- Copón Raúl! El brebaje ese que sale de tu árbol te ha afectado al coco.
- Tú preguntaste hermano. Si no estás preparado para la respuesta....
- NO HAGAS LA PREGUNTA!!

Gritaron Ana, Fran y Raúl al unísono.

- Jajajajajajajajajajajajajaja.

Los cuatro rieron por más de dos horas o eso les pareció a ellos.

Licencia de Creative Commons
Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.








1 comentario:

  1. El árbol de botellines hay que regarlo, como cualquier otro. Eso si, tiene una particularidad, que solo da frutos en dos ocasiones, nada más.

    Cuando lo quieres y cuando lo necesitas, quieras o no ;)

    ResponderEliminar