martes, 21 de junio de 2016

Capítulo 15: "Volver a empezar"

Volver a empezar

Ayer salí a dar una vuelta con Fran.
Fran es ese colega que está hecho de un montón de cosas buenas que, de alguna manera se han desordenado a lo largo del tiempo y han quedado juntas de tal forma que el resultado es un desastre.
Hace falta tener a alguien como él a tu lado para recordarte la capacidad que tiene el ser humano de sentir. Fran se apasiona tanto como se autodestruye, agarra un atardecer cualquiera y lo convierte en el mejor momento, mostrándote cada detalle maravilloso que tú no habías percibido y luego coge un día cualquiera de una sosegada primavera y te explica como la vida puede golpearte a cada minuto.

El parque no era ni muy grande ni muy bonito, pero tenía esa sensación a vida que propiciaba conversaciones trascendentales:
-¿Que tal te trata la vida hoy Fran?
-No lo se, yo solo quiero volver a jugar como cuando era niño, ¿sabes lo que te digo?. No recuerdo cuando perdí esa capacidad.
-Bueno tío, es que ya no somos niños, es normal.
-No, no lo es. Todos necesitamos eso. Últimamente la vida solo es eso... vivir.... y debería ser tanto más, debería ser como era antes. Debería...

Fran se perdió una vez más en su sinfín de explicaciones maravillosas que te hacen sorprenderte con la paleta de sentimientos con la que podemos pintar nuestra vida. Quería animarle, decirle que todo iría bien y que las cosas se arreglan. Pero es mentira. Mentir es lo que se me da bien, pero no esa clase de mentiras que dañan a la gente y la hacen sentir estúpida cuando la descubren. Sino de esas otras mentiras que cuando te las cuentan, te abren un nuevo abanico de posibilidades y cuando, más tarde, descubres la verdad oculta piensas, “¡Que cabrón, a esto te referías!” O “¡Me engañaste, pero gracias!”.
No todo se arregla en esta vida, a veces hay cosas que se rompen para siempre, es la magia de vivir dicen. Si no hay irreversibilidad, un fin absoluto, nada tendría valor. En Fran hay muchas cosas rotas, y no se cuantas de ellas tienen arreglo, pero tengo mi mentira preparada para el.

-Sabes tío, una cosa es segura. No estamos preparados para pasarlo mal eternamente y siempre hay una forma de volver atrás y recuperar lo perdido. Siempre se puede iniciar de nuevo el camino, solo hay que encontrar el momento y el lugar.
-... (Fran asintió como el que oye sin escuchar)
-Este... este sitio es un magnífico lugar para volver a empezar.

Fran no dijo nada, pero parecía satisfecho. Miraba el parque mientras atardecía con un sinfín de posibilidades por delante. La mentira había hecho efecto, Fran y yo nos separamos.

No siempre se puede recuperar lo perdido, volver atrás no siempre es volver al mismo punto en el que estabas. Con cada camino, recorres una vida nueva, a veces es la misma con matices, a veces es otra distinta en la que llevas todo lo aprendido en tu mochila. Te he mentido amigo, debería haber estado ahí a tiempo para decirte que lo único que no puedes permitirte es perder aquello que realmente importa, porque no todo tiene solución. Pero no llegué a tiempo y solo puedo ofrecerte esto... y cuando vuelvas atrás y termines de recorrer tu nuevo camino verás que, efectivamente, la vida siguió, que no podemos estar mal eternamente y que recuperaste aquello que te faltaba solo que, quizás, de tarde en tarde, lo mirarás con melancolía sabiendo que no es exactamente el mismo trozo de ti que quedó atrás, si no uno nuevo... distinto.

Eres un gran tipo Fran. Somos tan distintos por fuera, pero igual de rotos por dentro. Te deseo una bonita mentira y un camino lleno del tú que faltaba antes. Al fin y al cabo, una cosa es cierta...

... Este es un buen lugar para volver a empezar.

Licencia de Creative Commons
Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

P.D: tengo mucho que aprender de ti. Ojalá pudiera contarme mentiras a mi mismo.


jueves, 9 de junio de 2016

5 minutos más


Parpadeos de vida.
Notas desparramadas bajo la escalera.
Motitas de polvo que forman los quehaceres de nuestra existencia.
Brisa dadivosa que nos regala un aire único que no volverás a respirar jamás.
Otro sí, ese no.
Una caja de música que nos amarra a la niñez.
El abismo verde miel de tus ojos.
La mueca que se aloja en tus mejillas cuando sonríes.
El pelo que descansa en tus hombros tan suave y tan lleno de energía.
Esa mano que siempre añoras,
que roza tu piel en la noche.
Manifiesta tu amor sin derroche.
Te atrapa el alma sin demora.
Cada segundo mientras lloras,
buscas su olor sin reproche.
Calma tu pesar dándole broche.
Respiras a contratiempo a todas horas.

Si pudiéramos revivir 5 minutos y solo 5 minutos más de un momento pasado, ¿Cuál elegiríamos?
La primera vez que le diste un beso a la chica de la que te enamoraste desesperadamente, la primera vez que un verdadero amigo, entiéndase amigo en su significado más profundo, te dio un abrazo de verdad, la primera vez que sostuviste a tu hijo en brazos...

Esta pregunta que me autoimpuse hace tiempo no para de desafiarme día tras día. Le da sentido a mi pasado, a mi presente y a lo que espero del futuro. Todavía no tengo respuesta, pero me ayuda a reflexionar sobre la importancia que le doy a lo vivido y a toda mi existencia en última instancia.

5 minutos parecen pocos, pero a veces bastan para poblar de sentido a toda una vida. A veces solo unos instantes bastan, como cuando aspiras el olor de la dama de noche que reposa en el jardín,  en un momento de dolor y miras al cielo y todo cobra sentido. O como en los instantes que describo en el intento de "poemilla" de estas primeras líneas.

Creo que fue tras vagabundear con esta cuestión cuando empecé a no creer en el concepto del tiempo tal y como lo contemplamos habitualmente. El tiempo es relativo dicen, quizás no exista.

A veces me dicen : "Jesús no filosofes tanto, no existe tanta magia, esto es solo una cerveza y aquello solo el sol. ¿Cómo consigues hacer que estas cosas te hagan feliz?"
Yo suelo contestar:  "muy sencillo, no soporto estar triste". Esas perlitas del día le dan sentido a todo, o de lo contrario mi reducción al absurdo es que nada tiene sentido. Teniendo esto en cuenta, si pudiera repetir 5 minutos de cualquier momento de mi vida, ¿cuál repetiría?. La pregunta vuelve una y otra vez, realzando algún motivo por el que levantarme cada día para caminar entre ruinas. Caminar entre las ruinas de lo que fui, de lo que soy y de lo que me queda por ser. La mejor medicina para el alma rota creo que es buscar esas perlitas. Esos 5 minutos eternos, que desafían al tiempo y al espacio.

No puedo quedarme con la conclusión de mi amigo y hermano que me recuerda que no existe tanta magia, que esto es solo una cerveza y que aquello solo el sol, como todo lo demás. Para mí, pensar así es como hacer el amor con la ropa puesta, algo se interpondría entre mi persona y aquello que deseo. No sería capaz de sonreír, de sentir y soñar tal y como mi estilo cognitivo me permite.

Mi madre me decía de pequeño que el que no sabe es como el que no ve. Yo añadiría el que no imagina es como el que no siente.

¿Y tú, qué 5 minutos de tu pasado repetirías?

Licencia de Creative Commons
Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.