jueves, 2 de julio de 2015

Capítulo 2: "El precio a pagar"

Para poder disfrutar de un paisaje idílico reinado por el verdor, los árboles, la espesura del césped y la vida, es necesario un clima húmedo, lleno de lluvias desagradables y mal tiempo. Pero amigo, cuando sale el sol, en esos lugares donde otrora reinaba un paisaje nefasto, ahora la divinidad de la naturaleza reina con su mayor esplendor. Es el precio a pagar. Todos entendemos ese concepto, si quieres estar en buena forma, has de hacer ejercicio y no comer mucho chocolate. Si quieres dinero, a veces has de trabajar en puestos duros y pagar con tu valioso tiempo. Para entender que el fuego es una herramienta valiosa pero peligrosa, antes has de quemarte.
El precio a pagar siempre ha inquietado a Raúl. Raúl es un conocido de Fran. No se puede decir que sean amigos del alma, pero en ocasiones divagan juntos compartiendo algún pitillo. Raúl no es el amigo más comprometido que existe, él suele llegar tarde, o no llegar. No atiende en demasía los problemas de su gente. Es un espíritu libre que no molesta a nadie ni quiere que lo molesten. Quizás por eso no tiene demasiados amigos de los de verdad, como sí es el caso de Fran, que cuenta con su cantera de amigos por los que te cortarías una mano.
Por otro lado Raúl goza de infinitud de colegas de lo más variopinto. Nunca le faltan conocidos con los que salir a tomar algo o chicas con las que compartir su lecho. Tiene una habilidad innata. Cuando Raúl llega, la sala se ilumina, el ambiente se enriquece, la fiesta empieza a ser una autentica fiesta de verdad y no solo una mera charla con música de fondo. Todo el mundo le presta atención. Siempre te sorprende con cosas inesperadas que provoca una risa contagiosa y ganas de vivir, como cuando los niños hacen el pino encima de la mesa, así "porque sí". Posee un carisma intrínseco que fascina a todo el mundo. No necesita esforzarse para caer bien. El hecho de caer bien está en su naturaleza, en su forma de hablar, trasmitir, bromear e incluso insultar a alguien. Sus conocidos dicen que es el único que conocen que pueda decir verdades incómodas a la gente que roza el insulto sin molestar a nadie.
Un jueves por la noche, a la vuelta de salir de copas, Fran caminaba de camino a casa acompañado por Raúl. Las antiguas callejuelas del barrio de Triana quedaban alumbradas por las luces de las casas que conforman una fachada blanca interminable moteada por algunas macetas pintadas de azul. Todo en silencio fruto de las altas horas de la madrugada.
- Fran, ¿te has fijado en todos esos hogares? la cantidad de familias, compuestas por personas, que a su vez inundan sueños. La cantidad de personas que no conoceremos jamás. A veces me pregunto qué estarán haciendo, qué les motiva, a qué se dedican y qué aman. Quizás en esa habitación de ahí, la de al lado de la farola, ¿la ves?
- Sí Raúl. ¿Qué le pasa a esa habitación? es solo una habitación más, probablemente del dormitorio de alguien.
- ¿Cómo que qué le pasa a esa habitación? que está iluminada, lo ves y tu lo has dicho, tiene pinta de ser el dormitorio de alguien. No te fascina pensar que igual es la habitación del futuro premio nobel, y que ahora se encuentra enfrascado en una de sus investigaciones entre pizarras llena de numerajos y café. y que por eso tiene la luz encendida un jueves a las 3 de la mañana. O quizás sea la habitación de una preciosa jovencita perfumada con el humo del incienso, que se encuentra experimentando con su sexo porque esta noche no ha tenido suerte con su amante y desea aliviar su pesadez por sí misma con sus piernas enredadas en las sabanas empujando a estas contra el edredón. O quizás haya algún artista escribiendo una canción que se convierta en el nuevo himno adolescente desde la de Kurt Cobain.
- No veas si le das vuelta a la almendra tu ¿no?...jejeje
- jajajaja. Pues sí tio, a veces me pregunto qué habrá en todas esas casas y me duele pensar que a la mayoría de las personas que viven ahí no las conoceré jamás. Que el intrincado mundo de notas que conforman esta creación danzan en compases de cuatro por cuatro y está lleno de matices que nunca saborearé. Pero bueno, me imagino que es el precio a pagar.
- ¿El precio a pagar?
- Cosas mías Fran, algún día te las contaré. Un abrazo cohone. Nos vemos en la próxima. Se feliz.

- jejeje. ok. Buenas noche Raúl, que descanses.


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Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.


2 comentarios:

  1. Muy bonito, Jesús, el texto y las reflexiones que trae consigo y las fotos. Enhorabuena por el blog!! sigue trabajando picha, en esto de la escritura!! Besos. Magdalena

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  2. Sigo siendo adicta a esto, mas ahora q tiene fecha periódica de publicación!!😁 Grande!

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