Capítulo 2: "El precio a pagar"
Para poder disfrutar de un paisaje idílico reinado por el
verdor, los árboles, la espesura del césped y la vida, es necesario un clima
húmedo, lleno de lluvias desagradables y mal tiempo. Pero amigo, cuando sale el
sol, en esos lugares donde otrora reinaba un paisaje nefasto, ahora la
divinidad de la naturaleza reina con su mayor esplendor. Es el precio a pagar.
Todos entendemos ese concepto, si quieres estar en buena forma, has de hacer
ejercicio y no comer mucho chocolate. Si quieres dinero, a veces has de trabajar
en puestos duros y pagar con tu valioso tiempo. Para entender que el fuego es
una herramienta valiosa pero peligrosa, antes has de quemarte.
El precio a pagar siempre ha inquietado a Raúl. Raúl es un
conocido de Fran. No se puede decir que sean amigos del alma, pero en ocasiones
divagan juntos compartiendo algún pitillo. Raúl no es el amigo más comprometido
que existe, él suele llegar tarde, o no llegar. No atiende en demasía los problemas
de su gente. Es un espíritu libre que no molesta a nadie ni quiere que lo
molesten. Quizás por eso no tiene demasiados amigos de los de verdad, como sí
es el caso de Fran, que cuenta con su cantera de amigos por los que te
cortarías una mano.
Por otro lado Raúl goza de infinitud de colegas de lo más
variopinto. Nunca le faltan conocidos con los que salir a tomar algo o chicas
con las que compartir su lecho. Tiene una habilidad innata. Cuando Raúl llega,
la sala se ilumina, el ambiente se enriquece, la fiesta empieza a ser una
autentica fiesta de verdad y no solo una mera charla con música de fondo. Todo
el mundo le presta atención. Siempre te sorprende con cosas inesperadas que
provoca una risa contagiosa y ganas de vivir, como cuando los niños hacen el
pino encima de la mesa, así "porque sí". Posee un carisma intrínseco
que fascina a todo el mundo. No necesita esforzarse para caer bien. El hecho de
caer bien está en su naturaleza, en su forma de hablar, trasmitir, bromear e
incluso insultar a alguien. Sus conocidos dicen que es el único que conocen que
pueda decir verdades incómodas a la gente que roza el insulto sin molestar a
nadie.
Un jueves por la noche, a la vuelta de salir de copas, Fran
caminaba de camino a casa acompañado por Raúl. Las antiguas callejuelas del
barrio de Triana quedaban alumbradas por las luces de las casas que conforman
una fachada blanca interminable moteada por algunas macetas pintadas de azul.
Todo en silencio fruto de las altas horas de la madrugada.
- Fran, ¿te has fijado en todos esos hogares? la cantidad de
familias, compuestas por personas, que a su vez inundan sueños. La cantidad de
personas que no conoceremos jamás. A veces me pregunto qué estarán haciendo,
qué les motiva, a qué se dedican y qué aman. Quizás en esa habitación de ahí,
la de al lado de la farola, ¿la ves?
- Sí Raúl. ¿Qué le pasa a esa habitación? es solo una
habitación más, probablemente del dormitorio de alguien.
- ¿Cómo que qué le pasa a esa habitación? que está
iluminada, lo ves y tu lo has dicho, tiene pinta de ser el dormitorio de
alguien. No te fascina pensar que igual es la habitación del futuro premio nobel,
y que ahora se encuentra enfrascado en una de sus investigaciones entre
pizarras llena de numerajos y café. y que por eso tiene la luz encendida un
jueves a las 3 de la mañana. O quizás sea la habitación de una preciosa
jovencita perfumada con el humo del incienso, que se encuentra experimentando
con su sexo porque esta noche no ha tenido suerte con su amante y desea aliviar
su pesadez por sí misma con sus piernas enredadas en las sabanas empujando a
estas contra el edredón. O quizás haya algún artista escribiendo una canción
que se convierta en el nuevo himno adolescente desde la de Kurt Cobain.
- No veas si le das vuelta a la almendra tu ¿no?...jejeje
- jajajaja. Pues sí tio, a veces me pregunto qué habrá en
todas esas casas y me duele pensar que a la mayoría de las personas que viven
ahí no las conoceré jamás. Que el intrincado mundo de notas que conforman esta
creación danzan en compases de cuatro por cuatro y está lleno de matices que
nunca saborearé. Pero bueno, me imagino que es el precio a pagar.
- ¿El precio a pagar?
- Cosas mías Fran, algún día te las contaré. Un abrazo
cohone. Nos vemos en la próxima. Se feliz.
- jejeje. ok. Buenas noche Raúl, que descanses.

Delirios del chamán by Jesús López Rodríguez is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.

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Muy bonito, Jesús, el texto y las reflexiones que trae consigo y las fotos. Enhorabuena por el blog!! sigue trabajando picha, en esto de la escritura!! Besos. Magdalena
ResponderEliminarSigo siendo adicta a esto, mas ahora q tiene fecha periódica de publicación!!😁 Grande!
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